lunes, 4 de octubre de 2010

Sueños


Hoy me desperté pensando en los sueños.

http://www.youtube.com/watch?v=-xeHiTmx5AU

Al momento de escuchar este tema, las palabras comenzaron a brotar y supe que debía escribir con respecto a nuestra conciencia onírica, un tema que de por sí se esconde tras una pantalla llamada sueños y que su complejidad arroja verdades intrínsecas de nosotros...

Intento entender el concepto básico de los sueños y me resulta sentir que estoy en una madeja sin una punta de guía. Los sueños, son imprescindibles y con ellos, un sin fin de sucesos que no poseen un tiempo definido. Rebotan de acuerdo al estado en que se duerme clasificándolos agudamente.
Primero, poseemos un estado de vigilia, que nos separa del 'mundo de los sueños profundos' y 'ensueños'. Después, un segundo estado, es mientras dormimos y soñamos, en el cual somos capaces de enmarcarnos en un universo perfectamente válido en tiempo y espacio. Un tercero, es cuando dormimos y 'no soñamos', manifestándose un estado de conciencia que nos muestra experiencias carentes de un contenido específico y donde aquella conciencia que nos permite analizar, correlacionar hechos y modificar los pensamientos-acciones (cognoscitiva), se ve detenida. En este grado, 'caemos' en una especie de paz de las profundidades, pero plenamente conscientes de nosotros mismos. Nos alejamos de la vigilia y pasamos el límite de los ensueños, un 'intermedio' que crea un túnel de sensibilidades.
Sin embargo, existe un cuarto estado, en donde despertamos de los otros tres estados mencionados. Es un dormir-despierto. Es como si los tres estados (vigilia, dormir con sueños y dormir profundo) formaran un solo gran sueño y el 'cuarto' estado representara el 'despertar' que pone fin a ese sueño. Es más profundo que dormir profundo y más despierto que la vigilia.
Este estado perfecto para mi, es sinónimo de conciencia pura, de conocimiento sin conciencia de algo en particular, pero irónicamente consciente en sí. Se hace evidente el Atman (alma o esencia espiritual) sin necesidad de participación de la conciencia cognoscitiva.

La Realidad Absoluta es testigo de estos tres estados.

La mente es el arquitecto supremo que absorbe el conocimiento en el estado de vigilia y los desenvuelve en los sueños. Así, existe un punto donde la realidad concebida libera la creación y con ella, verdades de una realidad.
Nuestros sueños, representan más de lo que imaginamos y por ello debemos comprender que el túnel del sueño que diariamente recorremos al dormir, es el umbral que nos da luces de lo que deseamos y necesitamos. Hablo de cambios y de ideas, de equilibrio entre pasado y presente, de caídas libres que deben ser socorridas y de gritos que deben ser escuchados, de simples recuerdos que merecen recobrar vida en algún sentido y en algún tiempo.
Reincidir en sueños, significa entrar en un ámbito de preguntas. Es navegar en un mundo paralelo del pasado, vivido probablemente en esta realidad, y que nos señala la intención de recobrar lo perdido o bien, extraer ese olor a recuerdo y llevarlo en alguna medida a este presente. Los significados se contextualizan y por ende, el sentimiento que se desborda en el sueño es la herramienta para entender en que posición del laberinto nos encontramos.

Desde que tengo uso de razón, he asociado laberintos con sueños. Laberintos son para mi 'caminos' y quizás por eso, ver laberintos en un papel, en una pantalla o en un sueño, son sólo representaciones que tienen principio y fin, totalmente recorribles tanto al derecho como al revés... como si visualizara la solución al momento de verlos. Cuando veo, aparece el camino. Cuando sueño, aparece el significado. Cuando despierto, aparecen los bloqueos y vivir la realidad. Mis sueños me mantienen con los cables a tierra, ya que son la realidad pura. Me recuerdan que vivo de noche, en umbrales de miedo, expectación y felicidad. Soy capaz de vivir con el primer rayo de sol y entrar a un mundo donde soy juzgada: No experimento fortalezas y soy inmune a ser dañada...
Pero, cuando cae la luz, no estoy sola. No me siento sola, no me siento rara.
Cuando cierran mis ojos, soy capaz de tener una audiencia ante mi creación y experiencia. Soy la arquitecto de un mundo que está en equilibrio... soy una marioneta que visualiza un Todo perfecto.
Ese es mi mundo... una realidad de laberintos y soluciones, donde la gravedad es sólo un juego y las formas son sólo percepciones.

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